miércoles, abril 18, 2007

DESPUÉS-ANTES / BEFORE-AFTER

*
4


4.Traducido: Garrett Kalleberg
Desde: Nueva York

Before




After




:



Smile
de Garrett Kalleberg



You have beautiful eyes,
I said to the mirror.
This was the day I went blind.

I like to watch,
said the mirror.
This was the day I tore my eyes out.

Unable to see,
my hearing became quite acute
give me this

and I heard a voice say,
Who are you talking to?
And when I opened my eyes,

Mira! how good we look together!
Even now, one says, I will follow you,
imaginary friend, into the future,

then is gone. Now only one of us
in the mirror.
The mirror says,

I will follow you, imaginary friend,
into the future, then is gone.
Now no one, nothing left, to prove I’m smiling.



¿=?



Sonríe
de Garrett Kalleberg



Tienes ojos hermosos
Le dije al espejo
Este fue el día que quedé ciego

Me gusta mirar
dijo el espejo
Ese día fue el día en que arranqué mis ojos

Incapaz de ver
Mi oído se volvió más fino
Concédeme esto

Luego escuché una voz decir
¿A quién le hablas?
Y cuando abrí mis ojos

Look! ¡Qué bien nos vemos juntos!
Aún ahora, uno dice, voy a seguirte
amigo imaginario, hacia el futuro,

luego se fue. Ahora sólo uno de nosotros
en el espejo.
El espejo dice,

Te seguiré amigo imaginario
hacia el futuro, luego se fue.
Ahora nadie, no queda nada que pruebe
que estoy sonriendo.




(Poema de Garrett Kalleberg.
Traducción al español de la poeta Laura Solórzano).

lunes, abril 09, 2007

DESPUÉS-ANTES / BEFORE-AFTER

*
3


3.Traducido: Saúl Ordoñez
Desde: Toluca, Edo. de México.


Cuarteto de San Sebastián

a Carlos Garduño Comparán



I. Guido Reni, San Sebastián, c. 1625




Tú, San Sebastián, durísimo atleta,
¿deseas abandonar tu cuerpo bello,
desde la planta de los pies al cuello,
en la caricia mortal de la saeta?

Mas, son mistificaciones de poeta,
creer que la cabeza tiene otro sello,
y el cuerpo es la residencia del ello,
enemigo mortal del alma asceta.

Caprino es el olor de los sobacos;
caprina, la rizura del cabello;
caprina, la potencia de los miembros.

La mirada se clava en los sobacos;
la saeta te eterniza por ser bello,
y serpentea, deseosa, por tus miembros.




II. Kishin Shinoyama, Mishima como San Sebastián, 1966



La flecha que se clava en el sobaco,
es la mirada del niño.

Esta fantasmagoría
perseguirá toda la vida al hombre.

Mueve la mano en la aljaba
y el líquido blancuzco mancha el libro.



III. David Wojnarowicz, Peter Hujar soñando / Yukio Mishima: San Sebastián, 1982



lo narra en Confesiones de una máscara
para que Peter lo sueñe

Yukio Mishima
de cuerpo escultórico
simula ser el santo centurión
amante de las saetas

el niño
sobre la imagen de San Sebastián
–ahora sería San Oswaldo Sánchez
o San David Beckham
se masturba
y el semen mancha el libro

así lo narra
para que Peter lo sueñe

–se dice de algunos santos, que eran erastai
y no estoy llevando agua a mi molino

y Yukio
enamorado de la saeta
enamorado de la sangre
enamorado del samurai
enamorado de la espada

y Peter
lo sueña
y
se
viene



IIII. Joel-Peter Witkin, Santo marica, 1999




es putísimo el santo
que viene en las pesadillas

una loca
perdida

enamorado de la saeta
y el olor caprino de los sobacos

se le va la mirada
tras los chacales
centuriones

–ah pasear por esos pechos
morar entre esos muslos

ah ah la saeta y la sangre
la sangre
la sangre

ah ah ah
la cabeza cortada de Mishima

DEL PARAMADRINO DE LA INQUIETANTE (E INTERNACIONAL) SEMANA DE LAS MUJERES TRADUCIDAS

Hay una sola lengua: la extranjera. Nada nos es propio en el reino del lenguaje. Cuando traducimos, (a)traemos un texto hacia los múltiples dialectos que nos habitan, aventurándonos en la incursión de un grupo de palabras que no usamos a diario para llevarlos al terreno de lo más habitual (lo que no quiere decir lo más común, o de lo que somos “dueños”). Traducimos de extrañezas menos conocidas a extrañezas levemente más familiares. El ejercicio o ejercicios que propone el encuentro de las mujeres traducidas nos permitirá llevar a la práctica intensificada el hecho fundamental de no hablar ninguna lengua, de no poseer más que pequeñas herramientas que cambian de forma y de uso a cada momento. Yo mismo, por ejemplo, podré transformarme en una mujer traducida que hable en la cuarta persona del singular.


Marcelo Pellegrini