lunes, abril 09, 2007

DEL PARAMADRINO DE LA INQUIETANTE (E INTERNACIONAL) SEMANA DE LAS MUJERES TRADUCIDAS

Hay una sola lengua: la extranjera. Nada nos es propio en el reino del lenguaje. Cuando traducimos, (a)traemos un texto hacia los múltiples dialectos que nos habitan, aventurándonos en la incursión de un grupo de palabras que no usamos a diario para llevarlos al terreno de lo más habitual (lo que no quiere decir lo más común, o de lo que somos “dueños”). Traducimos de extrañezas menos conocidas a extrañezas levemente más familiares. El ejercicio o ejercicios que propone el encuentro de las mujeres traducidas nos permitirá llevar a la práctica intensificada el hecho fundamental de no hablar ninguna lengua, de no poseer más que pequeñas herramientas que cambian de forma y de uso a cada momento. Yo mismo, por ejemplo, podré transformarme en una mujer traducida que hable en la cuarta persona del singular.


Marcelo Pellegrini